El Gobierno aragonés quiere volcarse en estudiar los cambios que puedan ser necesarios en los comedores escolares. Con la iniciativa de reducir el precio que se cobra a las familias por el uso del servicio han emergido las dificultades que tienen algunos centros para gestionar una oferta para los niños que va más allá de la escueta alimentación. En los cursos pasados, la concesión de becas para optar al servicio en las familias necesitadas se convirtió en la piedra angular de los comedores escolares en Aragón. Ahora, los aspectos a resolver se encaminan a analizar los sistemas de comedor que hay en los colegios de la comunidad y que no se conviertan en un problema de gestión para los centros. De paso, se pretende mejorar los aspectos nutricionales y de calidad de los alimentos así como favorecer determinadas dietas específicas.