Los grandes museos europeos están llenos de arte expoliado durante la época colonial: metopas del Partenon griego y bajorrelieves asirios en el British, estatuas africanas en el quai Branly, sarcófagos egipcios en Turín... En fin, el resultado de siglos de saqueo y compras fraudulentas. Los yanquís se llevaron de España monasterios enteros, uno de los cuales anda desparramado aún por la pradera. De allí, de los EEUU, ya hubo que traer el patio de La Infanta en otra operación de rescate por cuenta, aquella vez, de la CAZAR-Ibercaja.

Me dirán ustedes que mejor están las puertas de Balawat en Londres que saqueadas por los yihadistas o destruidas allí, en la lejana Mesopotamia. Y tendrán razón. Pero nadie duda de que su apropiación por los ingleses fue en su origen una sucia jugarreta imperialista. Desde luego ningún progresista lo entendería de otra forma. Pero este es un juicio que muchas personas no se atreven a aplicarle a la Cataluña nacionalista porque alli, ¡ay madre!, todo resulta la mar de confuso. Y más ahora.

A mí, sin embargo, aun no haciéndome gracia que las piezas de Sijena hayan vuelto en medio del 155, la tensión, la catalanofobia y la campaña electoral, tampoco me surjen dudas a la hora de definir el retorno de Los Bienes (bueno... de una parte) como una restitución justa y lógica. Rodeada de equívocos ímpetus baturros, demagógicos y casposos, vale. Pero razonable según los parámetros civilizados. Ojalá lleguen tiempos más claros y sencillos, en los que la confusión patriótica se acabe, las ventajas fiscales de los vascos y navarros se vean como el descarado privilegio político que son, y las tontadas del irreal secesionismo catalán no sean justificadas desde fuera por quienes temen que un mínimo rigor les ponga en el bando de Rajoy. A algunos, que somos perfectamente capaces de reírnos de las cosas de España (empezando por las de Aragón, tan surrealistas y flipantes), nos gustaría que los catalanes, en general, fuesen también capaces de algún ejercicio de ironía reflexiva. Lo suyo ni merece un trato especial ni es progre por definición. Venga ya.