No sé cómo todavía nos sorprendemos de algunas cosas. Salta el lío de Gowex y el organismo "encargado de la supervisión e inspección de los mercados de valores españoles y de la actividad de cuantos intervienen en los mismos" (cita textual extraída de la página web de la CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores) lo primero que hace es ponerse de perfil.

Elvira Rodríguez, la actual presidenta de ese organismo cuyo objetivo es (cita textual de nuevo) "velar por la transparencia de los mercados de valores españoles y la correcta formación de precios, así como la protección de los inversores" aparece en una entrevista en Onda Cero para decir que el escándalo es "una desgracia" y, algo peor, que "los sistemas de control se montan para las cosas normales y no para las cuestiones que podrían ser presuntamente delictivas". Acabáramos. Ya me queda todo mucho más claro.

El organismo que tiene que proteger a los ciudadanos en este ámbito reconoce que los controles no sirven para nada y no detectan nada irregular. Y encima, añade Elvira Rodríguez que "nadie puede asegurarse de que cuando salga por la calle no le peguen a uno un tiro". Para colmo, la CNMV dispara primero contra Gotham (esa firma que ha hecho el trabajo que otros no, intereses al margen). En fin. Nos sorprendemos de lo ocurrido con Gowex pero tiene sentido porque no funcionó ninguno de los controles a los que se debería haber sometido a esta empresa que era la más importante en capitalización dentro del MAB (Mercado Alternativo Bursátil).

La prueba de que los controles no funcionan es que Gowex se sometió a ellos y los pasó. En España pasó una auditoría realizada, parece ser, por una empresa casi desconocida en el sector que ahora hemos sabido que fue sancionada con dos años de inhabilitación por una infracción grave en la Audiencia Nacional. Se dijo entonces que todo iba bien.

Ese mismo auditor le ha confesado al juez Pedraz que, a sus 73 años, nunca ha hecho la declaración de la renta y Hacienda nunca le ha pillado. ¿Sorprendente? Gowex pasó también la auditoría en Francia (de una empresa conocida en el sector) cuando entró en el mercado Alternext. Pero hablamos de empresas privadas. Preocupa más el papel de lo público.

Este tipo de escándalos ocurren en España aunque también fuera. Pero Gowex nos vuelve a demostrar que la única diferencia es que fuera hay consecuencias y aquí no. Una vez más. Veremos cuáles son las consecuencias judiciales para los implicados. ¿Veremos si alguien asume su responsabilidad ante los ciudadanos en la falta de control? ¿Veremos a alguien asumiendo errores? ¿Veremos a alguien diciendo que se van a poner en marcha medidas para que no vuelva a ocurrir? Veremos.

Periodista