Más de 26.000 niños y niñas menores de cinco años mueren cada día, la mayoría por causas perfectamente evitables. En los países ricos, seis por cada 1.000 nacimientos, en África Subsahariana 160, aunque no siempre vivir es el mejor de los destinos, si luego tu malnutrición la pagas de por vida, tú, tus posibles hijos y tu país o terminas de niño soldado o de ocupante de patera. Pero qué me cuenta, no se me ponga desagradable a estas horas. Pues hay más: el 25% de esas muertes vinculadas a la diarrea se evitarían lavándose las manos tres veces al día. ¿Es que en África son unos marranos? No, es que no hay agua potable y, a veces, el agua mala mata más y peor que la sed. 125 millones de críos no la tienen y 280 millones no saben qué es un váter con una tubería. La principal causa de mortalidad en estos países son la malaria y el sarampión combinados que aquí llamamos neumonía: 800.000 muertes anuales antes de cumplir los cinco años. ¿Y cómo se podría combatir? Con mosquiteras impregnadas de insecticida. Pues que las pongan. Son muy caras, cuestan casi cinco euros. Estos pequeños, tan pequeños que 143 millones no alcanzan el peso mínimo recomendado, no saben qué es la desnutrición porque en su vida eso es lo normal y a lo normal no se le pone nombre. Pero es que es tan difícil cambiar eso.... Si, bueno, una casa, educación, agua y comida producida por ellos mismos que les devuelva la dignidad, fácil, fácil no es, pero tampoco hay que inventar nada. De todos modos, una bolsita de sales de rehidratación oral para luchar contra la diarrea cuesta 0,04 euros y una cápsula de vitamina A 0,02 céntimos. Oiga, pero ¿arreglar esto no era Objetivo de Desarrollo del Milenio? Bueno sí, pero hablar, hablar hablamos todos, pero ahora con la dichosa crisis no creo que haya oído hablar mucho a los gobiernos y banqueros que llevan siglos cagándola, de la verdadera pobreza. De hecho, para cumplir el objetivo marcado hemos de correr diez veces más rápido que hasta ahora.

Yo oí por la tele que el gran problema de África es el sida. Si solo hubiera un gran problema, pero sí, cada minuto muere un niño y cuatro jóvenes se infectan, ¿sabe hacer las cuentas al día o al año? Pero ya sabe, los condones son caros y pecado para los hipócritas de la moral religiosa. Y eso que el año pasado ya teníamos en el mundo más de quince millones de huérfanos de uno o ambos padres por sida y al 95% de ellos y ellas sin medidas de protección ni cuidado. Así que siga haciendo cuentas porque en lo que lleva leyendo este articulito 50 jóvenes han contraído el VIH, 40 niños se han quedado huérfanos por el sida y 10 han muerto por enfermedades asociadas al virus. Claro, claro, qué horror, ¡pero es que hay que educarles ya!

Eso es, pero debería saber que 93 millones de críos en el mundo no van a la escuela y no porque hagan pirola, ya me entiende, el 74% de ellos son niñas. ¿Por qué? ¿Cómo que por qué?, porque no hay, 43 millones de críos están ahora mismo en medio de una guerra, 250.000 han sido reclutados para empuñar las armas y empiezan por ser violados, violar o ambas cosas a la vez, 126 millones son esclavos o trabajadores esclavizados, que en esto los dueños de los recursos económicos no tienen miramientos, los muy cabrones, a lo mejor para extraer el oro que lleva usted encima o para extraer material que necesita mi teléfono móvil, ya ve. Bueno vale, qué negativo es usted siempre. No me eche a mi la culpa que yo sólo le doy los datos de Unicef en la conmemoración (celebrar sería demasiado cínico) de los derechos de la infancia aprobados por la ONU en 1959 y en cuya aplicación vamos de culo. Pues a la Unicef se lo digo. Oiga, pues tampoco, porque en estos casos, o somos todos parte de la solución o somos todos parte del problema.

Y eso que aún no le he dicho que hay dos millones de criaturas en la prostitución con tantos puteros pederastas occidentales como locales, pero ya seguiremos hablando que se me termina la columna.

Periodista y editor