La gran rival de Zaragoza en la carrera de la capital aragonesa hacia la conquista de la capitalidad europea 2016 va a ser, sin duda, y tal como estaba más o menos previsto en el guión de las ciudades aspirantes, Córdoba.

La hermosa capital andaluza lleva ya algún tiempo trabajando en este proyecto, para el que cuenta con el apoyo de sus ciudadanos y con numerosas y excelentes bazas.

La principal de ellas, por supuesto, su patrimonio.

Tan sólo la Mezquita-Catedral, el Alcázar y las ruinas de Medina Azahara integrarían una oferta extraordinaria y singular. A ella, lógicamente, hay que añadir los múltiples tesoros contenidos en el casco antiguo cordobés, diseminados a lo largo y ancho de sus tres laberínticos barrios histórico--artísticos: la judería, el barrio árabe y el cristiano. La suma de sus siglos (y su buena conservación actual) nos depara un claro ejemplo de sincretismo social, religioso y cultural, tan apreciado y en boga hoy en día.

En el capítulo de atractivos cordobeses no olvidaré citar, en plena calle Judíos, la Sinagoga, un pequeño pero muy simbólico edificio del siglo X. Se trata de una de las tres únicas sinagogas que han sobrevivido en España. Circundándola, el zoco y los mercados de artesanías. Más allá, al otro lado del Guadalquivir y de su Puente Romano, la torre barbacana de Calahorra. Ya en el barrio cristiano, el palacio de Viana, las iglesias de San Juan o de San Rafael, el convento de los Capuchinos y una larga serie de enclaves monumentales, entre los que abundan las ofertas museísticas: el Bellas Artes, el Arqueológico o el dedicado a la obra del pintor cordobés por excelencia, Julio Romero de Torres...

Institucionalmente, a fin de abordar el proyecto 2016, se ha creado la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, compuesta por el ayuntamiento, la Junta y la Universidad.

Su objetivo principal consiste en renovar la actual programación cultural, dándole otra dimensión y procurando internacionalizarla, o por lo menos hacerla merecedora de un prestigio nacional.

A tal fin, dicha fundación ha lanzado un nuevo ciclo con actividades de diversa índole, que llevará el título de Córdoba 2016: el futuro tiene raíces.

A corto plazo, la novedad más destacable de ese programa va a consistir en el proyecto 4 culturas + 4 elementos = 4 intervenciones de arte público en espacios urbanos. El elemento Aire estará a cargo de la artista Darya Von Berner, que presentará su obra La nube de Córdoba (fachada sur de la catedral); el colectivo Muma se encargará de las estatuas representativas del elemento Fuego; el danés Jeppe Hein montará una instalación inspirada en el Agua y Miquel Barceló se responsabilizará de una performance adecuada al concepto Tierra y animada por el bailarín Josef Nadj.

Córdoba guarda otro as en la manga: la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Las gestiones diplomáticas (el ministro Moratinos es diputado por Córdoba) apuntan a la estelar visita, cuyo efecto publicitario sería considerable.

Frente a tantos encantos y avances, la candidatura zaragozana deberá ofrecer una potente alternativa, tanto a nivel patrimonial como por lo que a su capacidad de generar y programa cultura viva respecta.

Escritor y periodista