En los últimos años se han puesto de moda las "recreaciones históricas". El fenómeno es tan exitoso que no hay pueblo o ciudad de España que no recree, mercadillo incluido, un episodio histórico --o legendario-- de su pasado. Tal es la proliferación de recreacionistas que se han creado pequeñas empresas que se dedican a organizar estos eventos, e incluso se celebran congresos y reuniones al respecto. La mayoría de la gente de este país no lee libros de historia, y la única manera que conoce de acceder a algo que se le parezca es participar en estas fiestas, como actores aficionados, figurantes caracterizados o meros espectadores. Recrear la historia está bien: se aprenden cosas (si se hace con rigor), se genera economía (pequeño comercio y productos artesanales) y la gente suele divertirse, que en estos tiempos es necesario. Está bien, pero no faltan quienes aprovechan estas fiestas para falsificar la historia y colar si pueden falsedades y mentiras.

El pasado domingo, 4 de octubre, la localidad catalana de Gandesa recreó la boda del príncipe Jaime de Aragón, hijo primogénito del rey Jaime II. Este príncipe se casó en Gandesa el 5 de octubre de 1319 con la infanta Leonor, hija del rey Fernando IV de Castilla. Pero la boda acabó como el rosario de la aurora, tanto que se conoce como "la farsa de Gandesa". Jaime tenía algunas deficiencias mentales y probablemente era homosexual, de modo que nada más finalizar la boda se asustó tanto que dejó a la novia plantada y salió pitando para refugiarse en un convento; pocos meses después renunció como heredero al trono. Algunos medios de comunicación de Cataluña presentan esta boda como el acontecimiento que "tenía que unir los reinos de Aragón y Catalunya con el de Castilla y León". Así, en numerosas instituciones se habla sin el menor rubor de un "reino de Cataluña", que nunca existió. En el programa del ayuntamiento de Gandesa donde se anuncia esta fiesta se dice que Jaime era el "heredero de la Corona Catalano-Aragonesa", aunque me consta que su alcalde va a estudiar cómo arreglar este error.

Es otro caso más de la manipulación y la falsificación de la historia de Cataluña y de la Corona de Aragón, en la que la Generalitat (y no pocos ayuntamientos catalanes) insiste una y otra vez al hablar en su página oficial de "los reyes catalanes" o "los reyes de la casa condal". Lo de "reino de Cataluña" no deja de ser una fantasía más de estos falsarios, que en esta cuestión no han mentido: una "farsa" en toda regla.Escritor e historiador