Las últimas encuestas realizadas para saber, a día de hoy, que porcentaje de votos obtendrían los partidos políticos si hubiera elecciones, han dado claros índices del progreso del partido Podemos, de tal manera que llegaría a ocupar el segundo puesto después de una pequeña diferencia con el PP, es decir desbancaría al PSOE, si a esto se añade la avalancha de personajes imputados por corrupción pertenecientes a la mayoría de los partidos que tienen cancha en el mapa político del país, el terreno se allana para Podemos. Esto está siendo observado por todos, pero especialmente por el PP y por el PSOE, y las canillas les tiemblan. Si no a qué fin el Partido Socialista propone un pacto educativo con el PP para Aragón a conseguir en cuatro meses, ¡uf!, que estrés. ¿Un pacto por la educación?, casi nada, lo que no se les ha ocurrido en cuatro años, pretenden hacerlo ahora. Aún así todo es bueno para el convento, pero un pacto de estas características tiene que tener una base nacional para que beneficie a la comunidad educativa y a la sociedad española. Que el pacto que pretenden sea el aumento de un porcentaje de inversiones y una mayor participación, ¡genial!, pero si nos ponemos a trabajar de verdad esto se daría por hecho. El pacto se ve forzado y lo que puede subyacer es un entrenamiento para futuros acuerdos. Posiblemente, según vaya la precampaña, la palabra: pacto, podría ser la consigna nacional de los partidos mayoritarios. Pablo Iglesias ha de trabajar mucho más, dando cancha a otros aspirantes en materia, sobre todo, de economía. Vender inocencia, honestidad y predicamento esta muy bien, pero solo es creíble cuando es fruto de la experiencia y de una buena gestión.

Pintora y profesora