Las mujeres han supuesto un acicate en la modernización de las Fuerzas Armadas. Primero con su incoporación a la tropa, y más recientemente con el nombramiento como ministras de dos políticas de corte contrario: la fallecida Carme Chacón (PSOE), y la titular del cargo, Dolores de Cospedal (PP). Que haya sido precisamente la secretaria general del PP quien ordene, de nuevo, que las banderas de los cuarteles ondeen a media asta por la muerte de Cristo, representa una profunda involución. Tal señal de luto ha de estar reservada para duelos civiles decretados oficialmente con causa, y no para cuestiones de índole religiosa. La unión de rancio abolengo de Ejército, Estado y fe católica es improcedente.