El coste por alumno en la escuela rural aragonesa es de 8.000 euros, frente a los 3.000 en la ciudad. Una cifras que permiten identificar el esfuerzo inversor en educación en una comunidad de fuerte dispersión demográfica y que garantiza la escuela en pequeños municipios con seis alumnos. Los datos ponen en evidencia la necesidad de que la financiación de los servicios públicos esenciales responda al coste real que supone prestarlos en Aragón.