Hasta ahora conocíamos las palabras de Zygmunt Bauman sobre la fragmentación de la vida humana, reflexión en la que compara a aquellos jóvenes del siglo XX que tenían un proyecto vital que elegían y seguían, un ideal que marcaba su trayectoria, con los de los chicos y chicas de hoy en día, que por el contrario tienen la existencia fragmentada, "dividida en episodios", sin saber "qué será de ellos el año siguiente". El veterano pensador polaco añade que las generaciones que vienen se partirían de risa con solo escuchar expresiones como "planes de futuro", algo habitual en otro tiempo.

De la mano del historiador Juan Postigo Vidal ahora nos llega La vida fragmentada (Institución Fernando el Católico), un profundo trabajo sobre la Zaragoza de los tiempos del Barroco y de la Ilustración, un libro de esos que pesan el doble porque es la consecuencia de una extraordinaria tesis doctoral (sobresaliente cum laude), y porque está cargado de trabajo y escrito con mimo hasta el ultimísimo detalle. Es muy difícil ser más escrupuloso. Se trata de un recorrido por la vida cotidiana de la gente que poblaba la capital aragonesa en los siglos XVII y XVII, un análisis, como define su autor, de "las experiencias y las tensiones" de aquellos hombres y mujeres que tuvieron que recurrir a mil variadas tácticas para sobrevivir y al mismo tiempo dar alcance a sus ilusiones y deseos particulares.

Es la radiografía de unos triunfadores domésticos, de supervivientes cercanos que protagonizan el día a día de la sociedades más allá de las épocas que les toca vivir, los mismos que esta misma semana ha descrito Íñigo Errejón como "héroes cotidianos", apelando a su voto en las próximas elecciones generales del 20 de diciembre por ser los auténticos propietarios del destino del pueblo.

Pasan los siglos y la historia se repite. El poder siempre arriba; la resistencia siempre abajo y lo cotidiano ("la vida cotidiana es la vida del hombre entero", dice la filósofa húngara Agnes Heller), la atmósfera en la que la gente corriente convive dando lo mejor de sí misma, aunque en ocasiones, como ocurre en la actualidad, le hayan secuestrado el futuro y le toque vivir a trozos. Periodista