La economía española ofreció ayer unos datos un tanto contradictorios. Las cifras de paro registrado en septiembre señalan un incremento del desempleo, como es habitual cada año en este mes tras la temporada turística, aunque en Aragón bajó. Sin embargo, aumenta el empleo en los sectores agrícola, industrial y de la construcción. Nos mantenemos algo por encima de los cuatro millones de parados registrados, aunque la Seguridad Social incrementa ligeramente el número de cotizantes. Con un Rajoy que lo fía casi todo a que baje el paro para seguir en La Moncloa, que este sea el segundo mes consecutivo en que crece el desempleo no es una buena noticia. Y más si las previsiones indican que el crecimiento pierde fuerza. La desaceleración de la económica mundial mantiene la incertidumbre sobre la española, muy expuesta a variables exteriores, y la próxima Encuesta de Población Activa de finales de mes puede dar otro susto. Como contraste, Standard & Poor's ha subido la calificación de España hasta el aprobado alto. Buenas noticias para la financiación de la deuda pública y respaldo a la reforma laboral.