Según todos los indicios y filtraciones previas, el famoso Bárcenas va a modificar su relato. Ahora dirá que no, que no fue para tanto, que en sus primeras declaraciones al juez se le calentó la boca. Con un nuevo equipo de abogados y una renovada empatía con la cúpula del PP, el extesorero y exsenador está encantado con las declaraciones en la Audiencia Nacional de Rato, Mayor Oreja y Acebes, quienes a su vez han procurado salvarle el pellejo y eludir toda cuestión fea. Ya saben: «No sé», «no me acuerdo», «no me consta». Aquí se va a intentar demostrar que no ha pasado nada y que la caja B del PP fue una alucinación, por muchos indicios y pruebas que hayan salido a relucir al respecto.

Por supuesto el deber de todo acusado es salvar el pellejo por el método que sea, incluida la mentira. Normal. Además, defectos en las respectivas investigaciones e instrucciones han provocado la absolución en vista oral de los acusados por dos casos famosos, las operaciones Guateque y Mercasevilla (que afectaban respectivamente a PP y PSOE). Lo cual amuniciona el fuego graneado contra tanta imputación, tanta investigación y tanta alarma social por la corrupción. Corrupción... ¿Qué corrupción? Cacerías. Paranoias.

Bárcenas y sus amigos del PP mantienen la tesis de que, si hubo algo, la culpa sería de Álvaro Lapuerta, el otro tesorero, cuya demencia senil le ha dejado en el bendito Limbo.

Mientras, Macron, la última esperanza europea, sí ha fumigado a cuatro de los que iban a ser sus ministros. Los iban a investigar. Y por si acaso... Claro que Francia sigue siendo Francia y allí todavía son muy delicados para estas cosas.

En España todo va quedando envuelto en dudas. Aquí ya no hay corruptos. Si acaso... los de Podemos. Y claro, van los de Iglesias, meten (otra vez) la pata, encargan con torpeza un informe para meterle el cuerno al PP de la era Botella... y son ellos los que acaban querellados. No por llevarse dinero a casa, vale. Pero sí por novatos, infelices, trapaceros y al final... incompetentes. Solo por eso deberían dimitir.