Zaragoza en Común no ha obtenido el apoyo de los partidos para municipalizar el servicio de atención telefónica 010 y se reactivará el concurso empresarial que, de haberse mantenido hace dos años, habría evitado el fabuloso ridículo protagonizado por el obstinado concejal Alberto Cubero. En su intento de internalizar procesos que hoy prestan empresas mediante contratas, el edil de Servicios Públicos sigue dando palos de ciego. La inseguridad, la improvisación y la prepotencia han sido características fundamentales del proceso del 010, que ha dejado a la anterior concesionaria hundida, a las trabajadoras sin cobrar, y a los ciudadanos viendo cómo se ponía en riesgo la calidad del servicio. Por más que Cubero vea objetivos ocultos, manos negras, y denuncie incluso el uso de la Justicia en favor del empresariado --provocando el estupor de la judicatura--, este proceso ha acreditado que la función pública en España es cosa seria, y no puede estar al albur de las decisiones interesadas de nadie. Los servicios deben ser prestados con las suficientes garantías y el acceso a la función pública realizarse con procedimientos de transparencia e igualdad. Y esto es así para el 010 y para todo lo demás... salvo que el objetivo político del edil fuera poner de relieve que PP, PSOE y C’s van de la mano en este tema. Pero si de esto se trataba ya no hablamos de servicio público, sino de conveniencia partidista. ¿Hasta cuándo este absurdo juego de estrategias?