En estos momentos se está emitiendo en televisión la serie más aterradora de los últimos tiempos. Se titula El cuento de la criada, y es la adaptación de la novela de Margaret Atwood. Es aterradora por su argumento: el presidente de EEUU y todo el Congreso son asesinados, y se instaura en el país un estado teocrático totalitario que se basa en la represión total de las mujeres. Ellas se convierten en posesiones de los comandantes: pierden cualquier seña de identidad, han de vestir iguales, han de salir en parejas y se convierten en criadas y en reproductoras de esos comandantes que las poseen y de sus estériles esposas. Es aterradora porque la ves y no puedes evitar estremecerte pensando qué pasaría si eso sucediera ahora mismo, pero es más aterradora aún cuando caes en la cuenta de que eso ya está pasando en Afganistán, en Siria o en Nigeria con Boko Haram. Piensas que nuestro estado de derecho es demasiado sólido, pero Margaret Atwood nos recuerda que nació en 1939 y tenía uso de razón durante la II Guerra Mundial, así que sabe que los órdenes preestablecidos pueden desaparecer con la rapidez de un relámpago. Es aterrador pensar que El cuento de la criada comienza con un atentado, como el que sucedió el lunes en Mánchester. Pero lo más aterrador de todo es pensar que, como muchos de nosotros no conocemos más que una confortable vida en democracia, planteamientos así nos parecen tan lejanos como los de Star Wars. Pues no. Ojo con los totalitarismos, ojo con cómo luchamos contra el terrorismo. No podemos permitirnos bajar la guardia.

*Periodista