El PSOE de Pedro Sánchez y las federaciones llevan toda la semana mandando mensajes contradictorios. El lunes, mientras el líder pedía en Madrid moción de confianza, en Andalucía y en Extremadura los barones socialistas recibían a Rajoy con los brazos abiertos para hablar de daños por el temporal y de trenes. Ayer, el dirigente ordenó abandonar la negociación para un pacto educativo, pero en Aragón los socialistas se sumaron a una propuesta del celtroderecha para negociarlo en su vertiente regional. Con este decalaje entre un Sánchez sin hueco en la agenda política y unos barones regionales exigidos con la gestión diaria no es de extrañar que la valoración del PSOE en las encuestas siga cayendo.