Una de las periodistas españolas que más sabe sobre el poder es Elisa Beni. Sobre el poder de los gobiernos, de los jueces, de la prensa... Persona extraordinariamente viva, crítica y pasional, entre sus pasiones recientes destaca también, con fuerza, la literatura, que Elisa viene cultivando con éxito creciente, sobre todo en el formato de la novela negra, a la que ya ha hecho contribuciones tan destacadas como Peaje a la libertad.

Vuelve ahora la que fuese directora de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Madrid con un thriller electrizante titulado Pisa mi corazón (editorial Almuzara).

En su cubierta vemos un estilizado zapato de tacón con inquietantes manchas que podrían ser de sangre o algún sucedáneo utilizado en ritos de bondage, y la imaginación se dispara en el entorno del llamado sexo duro, con su peculiar decorado de cavernas, fustas, cuero negro y adminículos de esa extraña religión de la fascinación, la obediencia, el dominio, el poder... Será sobre estos términos y significados, sobre su profunda incidencia en la naturaleza humana el cimiento a partir del cual Beni construirá un mundo inquietante, novelesco, sí, pero también real, o más bien situado al filo de la realidad. De un equilibrio que, en cuanto falta, en cuanto su seducción al abismo se apodera de un individuo, éste va a caer, inevitable, placenteramente, hacia esos otros precipicios de la moral bajo los cuales sólo hay magma, materia básica del dolor y del placer a partes iguales, como una especie de paraíso previo a la creación donde el sumo hacedor todavía no hubiera puesto las etiquetas al bien y al mal y el ser experimentase, se elevara, se atormentase, se retorciera, se exaltara, aprendiera al mismo tiempo a ser mandado y obedecido, denigrado y alabado, despreciado y admirado.

Madrid, al fondo, con sus rascacielos y oficinas de diseño, con sus poderosos financieros, políticos y artistas, observa y calla, se ilumina con la trama reveladora de Pisa mi corazón o se oscurece cuando la melena negra de las dominatrices se agita sobre las hombreras de cuero cuajadas de clavos y las bridas se tensan, y las fustas golpean, y el zapato de tacón pisa los torsos y corazones de hombres poderosos que en el fondo prefieren la humillación o el castigo.

Hay filosofía, Sade, Rousseau...

Y mucho talento...