Que nadie se confunda. A Aragón, en el pleito por los bienes de Sijena adquiridos ilegalmente por la Generalitat de Cataluña, no le asiste solo una sentencia judicial, sino que su reclamación se ve refrendada también por la perseverancia, la unidad social y política y, en definitiva, por la propia razón. Por eso hoy es un gran día para la Justicia con mayúsculas, entendida como la impartida por los estamentos jurisdiccionales y amparada además desde el sentido común de una petición lógica, fundamentada y más que justificada. Cuando las 44 piezas del monasterio vendidas a hurtadillas, sin respetar las normas de patrimonio español y aragonés, salgan del museo de Lérida y emprendan camino hacia el cenobio del que fueron extraídas culminará un largo proceso que ha demostrado la valía de los aragoneses cuando caminan de la mano en pos de un objetivo. Por eso hoy debe ser un día para reflexionar sobre la necesidad de que las grandes cuestiones de la comunidad se hagan por consenso, sin buscar réditos partidistas, anteponiendo los intereses de todos, que en este caso pasaban por recuperar un patrimonio arrancado de su entorno.

Durante el largo puente festivo se han producido importantes fricciones entre los partidos políticos con responsabilidades de gobierno a propósito de la devolución de las obras de arte, entendida en Cataluña como una especie de botín de guerra aprovechando la suspensión de su gobierno autonómico. Con un torpe recurso de reposición que intentó in extremis dilatar o al menos dificultar la vuelta de las piezas, el ministro Méndez de Vigo destapó la caja de los truenos. La respuesta de la DGA fue contundente y muy crítica, verbalizada no solo por su homóloga en el departamento de Cultura, Mayte Pérez, sino por el propio presidente, Javier Lambán, que llegó a anunciar que estudiará la presentación de una querella por desobediencia. Entendió el líder socialista que el recurso presentado por la Generalitat, en plena connivencia con el ministro, consejero catalán de facto merced a la aplicación del artículo 155, suponía un último intento de dejar sin ejecutar la providencia del juez de Huesca. Más allá de esta diatriba, lo más relevante hoy es que la extracción de las piezas se realice con calma y sin incidentes en el museo leridano. Es de desear que la mera presencia de las fuerzas del orden y la colaboración anunciada por los técnicos sean suficientes para que todo transcurra bajo control y con un final acorde con lo esperable. Y esto no es otra cosa que la llegada esta misma noche o mañana como muy tarde de los bienes a Villanueva de Sijena.