La reunión que mantuvieron ayer por espacio de dos horas la presidenta de la DGA en funciones, Luisa Fernanda Rudi, y el aspirante a sucederla en el cargo, el socialista Javier Lambán escenificó, más allá del intercambio de información sobre el traspaso de poderes, el cambio ideológico al frente de la comunidad. El fin de un proyecto que deja más sombras que luces en Aragón y el comienzo de otro que ha requerido para empezar un consenso de la izquierda a cuatro bandas, lo nunca visto. Hoy, la sesión de investidura con el discurso de Lambán dará una primera aproximación a su perfil de gobernante, aunque se espera que los detalles de las medidas ejecutivas de Gobierno los reserve para el pleno de mañana, en las réplicas a los partidos. Por primera vez en las Cortes aragonesas habrá representación de siete formaciones.