Luisa Fernanda Rudi fulminó al secretario general de Teruel, Carlos Muñoz, porque no pudo justificar el interés político de un viaje a Canarias pagado con dinero público para ver a su novia. Aunque se presentó como una dimisión, el diputado fue invitado a dejar el acta por una presidenta popular que por entonces gobernaba con mano de hierro su partido. Unos meses después, otro cargo del PP turolense, el alcalde de Alcañiz, Juan Carlos Gracia, protagoniza un comportamiento reprochable social e institucionalmente pero Rudi no mueve ficha para removerlo. Será que para ella es más tolerable cometer un presunto delito contra la seguridad vial por ir a 211 km/h que tomar un avión para visitar a un ser querido con fondos públicos, como era (mala) costumbre, por otra parte, en el Congreso. Curiosa su vara de medir.