Con el apoyo de la izquierda, de Cs y del PAR, y la abstención de un PP que quiere diferenciarse para dejar claro que lidera la oposición, el juez Ángel Dolado superará la votación en primera ronda para convertirse en nuevo Justicia de Aragón. La figura del jurista parece plenamente capacitada para ejercer con solvencia, dignidad e independencia la función, pero ante la dilación para presentarlo al parlamento, ¿Dolado era realmente el candidato deseado por los partidos, mismo los que votarán «sí», para sustituir a García Vicente? La pregunta impregna estos días el ambiente político, pues la idoneidad y la oportunidad no caminan acompasadas. Como suele ocurrir en Aragón, el que la sigue la consigue.