A Echenique no le gusta, pero la posible entrada de Podemos en el Gobierno aragonés parece lo más lógico, si su partido consigue formar un Ejecutivo de coalición con el PSOE para administrar España. Otra cosa es que Sánchez e Iglesias lleguen a entenderse. O más bien que se lo consientan (los que mueven los hilos) al primero de ambos. Mientras tanto, el embrollo político alcanza dimensiones telúricas. Yo, si tuviese que apostar, aún me jugaría algo a que acabamos repitiendo las elecciones. Porque ahora mismo ninguna opción está clara. Unos y otros se han desmentido a sí mismos hasta la saciedad, han dicho digo donde Diego, les han dado tantas vueltas a los respectivos argumentarios que ya no se sabe si van o vienen... Pero todos están en el mismo callejón sin salida. Al final, igual Echenique no se ve sujeto a ningún renuncio. Pero tendrá que prepararse para afrontar otra campaña electoral. Así, a lo mejor tiene ocasión de renovar su discurso. Aunque solo sea un poquito, ¿eh?

Por mucha risa que dé oír estos días a los del PP (y sus corifeos) alabar las virtudes de un hipotético tripartito con PSOE y Ciudadanos, u ofrecer su apoyo a los gobiernos socialistas en autonomías y ayuntamientos, esa es la opción bendecida por los grandes del Ibex y la alta burocracia de la UE. Naturalmente, Pedro Sánchez se resiste. Es de cajón: si se forma un bloque constitucionalista dispuesto a seguir aplicando la ortodoxia fiscal y financiera, Podemos se quedará solito a sus anchas en la oposición. Desde el gallinero, Iglesias y Errejón serán la única voz disonante, la única réplica, la única alternativa. De punta se le debe poner la coleta al compañero Pablo solo de pensarlo. Un Gobierno de gran coalición como el que barajan los mentideros en la Villa y Corte (Solana de presidente, Cifuentes de vicepresidenta y los ministerios repartidos proporcionalmente entre los tres partidos de orden) habrá de ejecutar nuevos recortes, meterles mano a las pensiones y hacerles mucha más pupa a las clases medias y a los pobres. En este escenario, los morados se pondrán ídem.

Queda la opción PSOE-Podemos-IU y lo que caiga. Pero... ¡es tan difícil!