Que el aprendizaje es un factor clave en la sociedad actual parece fuera de toda duda; por otra parte, los primeros años, desde la mas tierna infancia, son determinantes para desarrollar una base de conocimientos y una actitud que no se limitan a las primeras décadas, sino que han de prolongarse durante toda la vida. El programa Educar para el futuro, un foro de debate sobre innovación educativa, alcanza ya su séptima edición bajo el patrocinio de la obra social de Ibercaja y aval del Gobierno de Aragón, orientándose a profundizar en todas aquellas cuestiones cardinales para alcanzar la mejor formación posible. Un año más, el elenco de ponentes del programa es de altísimo nivel; como muestra, la mesa redonda de presentación bajo el lema Educación: arte y ciencia, integrada por Carlos López Otín, investigador y catedrático de la Universidad de Oviedo, el cineasta David Trueba y Luis Alegre como moderador. Todos ellos incidieron en la notable disparidad entre la generación de sus padres y la actual, pues los ahora abuelos mantuvieron siempre un enorme respeto por el aprendizaje y la educación como principios vitales, no solo válidos por sí mismos sino también como garantía de un porvenir decoroso. Contrasta tal sentimiento con la realidad de hoy en día, justo cuando más medios, recursos y posibilidades existen a disposición del alumnado y, sin embargo, apatía y carencia de estímulos son los mayores obstáculos a vencer, en un contexto donde el humanismo tiende a desvanecerse en favor de la especialización radical y el adiestramiento técnico. Aprender disfrutando es tan importante como mantener el entusiasmo por aprender, aspectos cada vez más difíciles de encontrar en las aulas, tanto como la motivación o la curiosidad como fuente de sabiduría.H *Escritora