No son tan graciosos como el Gordo y el Flaco del cine mudo, y hablan mucho más, hasta por los codos, pero Carles Puigdemont y Oriol Junqueras forman una pareja ciertamente singular. El Puigdi, flaco de ideas, y el Junqui, engordando a base de bien, con una dieta que, dicen los estadísticos, incluye la proteína del voto. Pues parece que parte de lo que pierde PDeCat va a parar a su despensa, en quilos o kilos.

Este caprino Junqueras, de hechuras, según se mire, monásticas o faunísticas, suele salir siempre detrás o al lado del flaco president controlándole con el ojo bueno, como evaluando su peso político, si se ha comido la butifarra y el pan tumaca o lo han desviado a una fabada, si aguanta el palo de la vela independentista o está a punto de saltar al agua, dejándole a él de capitán. No es fácil imaginar al orondo Junqueras en medio de un motín entre aguas bravas porque lo suyo es la sacristía, la conspiración, constantes ceremonias de confusión que afectan a su propia ideología porque, oiga, ¿qué es Esquerra? ¿Comunista, socialista, anarquista, socialdemócrata? No se sabe muy bien y por eso no están ni han estado nunca en ninguna de las grandes federaciones internacionales de izquierdas.

¿Lo es, de izquierdas, Junqueras? De momento, gobierna con la burguesía de Artur Mas, o lo que de ella va quedando en los Juzgados. La supuesta diferencia de criterios morales, sociales e intelectuales entre PDeCat y Esquerra no parece incomodar al actual vicepresidente de la Generalitat y encargado del área económica. Desde que Junqueras lo es, la deuda se ha disparado, el paro multiplicado, la región catalana se ha empobrecido, el Estado le ha intervenido las cuentas y los bancos huyen de Puigdemont y de ERC como de un infierno de azufre en llamas.

Por lo demas, mientras Cataluña se empobrece y crispa, a don Oriol le va fenómeno. Su partido, que jamás ha ganado las elecciones, sube en las encuestas. De mantenerse la tendencia, los dirigentes de Esquerra ocuparán comarcas enteras antiguamente dominadas por CiU. Una vez sacrificado el flaco en el procès, y puesto que él no ha sido procesado, ya encontrará ERC la manera de seguir engordando quilos o kilos. Con algún tripartito, cambiando el paso, o de socio, qué más da...

Se me olvidaba. La Catalonia de ERC incluye parte de Aragón, como país catalán.

¡Vaya pareja! H