Partidos y coaliciones han puesto en sus papeletas unas listas tan perfectamente previsibles como las de siempre. Una cosa elegante, sin sorpresas y atada a los deseos e intereses de eso que llamamos los aparatos. Biel rizó el rizo. Preparó la jugada, colocó a sus candidatas/os al Senado que (por ir en las listas del PP) tienen plaza casi segura... y luego ni se molestó en ir a la reunión del partido que debía ratificar la propuesta. No hubo problema. Algunos refunfuñaron pero poco más. La sombra de don José Ángel es alargada. Y pesa, ya lo creo que pesa.

Lo normal. CHA e IU ya se han puesto de acuerdo en cómo y dónde adscribirán los votos que obtengan en Aragón, cómo se repartirán el mandato (ya ven, lo van a trocear: un cacho para los unos y otro para los otros) y quiénes encabezarán la candidatura al Congreso por Zaragoza (que es la madre del cordero). Arreglado todo lo cual sólo queda ajustar algún detallito menor y echarse al ruedo. Los más remirados echan cuentas: si la izquierda unida y aragonesista repela un escaño en la circunscripción zaragozana, ¿se lo quitará al PSOE o al PP? Por si acaso, Membrado, número tres socialista, se ha retirado de la competición

Los resultados nos darán unas cuantas pistas. Por ejemplo, podremos observar la reacción de los votantes del PP ante la presencia del PAR en sus listas. ¿Tragarán sin más aspavientos al coaligado o le castigarán no inscribiendo la crucecita correspondiente en las casillas de sus candidatos al Senado? Ahí se va a comprobar (aunque sea a una escala muy reducida) el efecto de abrir o desbloquear las listas y el afecto que los votantes del PP le tienen al amigo regionalista. Pasará lo mismo en el caso de Belloch. ¿Se quedará a la par, por encima... o por debajo de sus compañeros de terna, lo que le dejaría fuera de la Cámara Alta? En tal caso, si no recibe el apoyo expreso del vecindario, ¿aguantará sin más en la Alcaldía?

Y el oponente de Belloch en el Ayuntamiento cesaraugustano, Eloy Suárez, también se busca la vida en las Cortes Generales. ¿Pero no había puesto a parir al alcalde por embarcarse en la misma jugada? Ya saben: ¡Cállate, negraza!, le dijo el cuervo a la picaraza.