Eestá contentísima la gente de orden y da no se qué echarles un jarrillo de agua fría. Ayer, uno de mis contertulios en el bar Los Pajaritos me describió el futuro: se acabaron las mamandurrias, las obras inútiles, las facturas en los cajones, la corrupción, los fiestorros por cuenta del común, el amiguismo... Bien, ¿no?. Entonces, metí la gamba. Le dije: "Genial, tío, vamos a vivir a lo grande, ¡como en Valencia!". Se mosqueó mogollón, pero le invité a otra cañita con su anchoa salmuera y logré calmarlo. Que sí, amigas/os, que esto irá cada vez mejor. La crisis, por ejemplo, ya no es un argumento esencial (Rajoy ha procurado evitar dicho término en sus discursos) y cuando aún sale a relucir no parece la misma crisis casera y zapateril de los dos últimos años, sino un fenómeno global, europeo, transcendental e intagible; o sea, una crisis de cojones. Qué tranquilo me he quedado, de verdad.

Rajoy tiene un punto cachondo al que hemos de acostumbrarnos. Ayer despidió a Zapatero con un epitafio sensacional. "Usted --afirmó dirigiéndose al presidente que se va-- ha tenido aciertos y cometido errores... Como todos". A mi tocayo Pepelui casi se le saltan las lágrimas. Su legado queda en buenas manos. Merkel y los banqueros pueden estar tranquilos.

Pero lo bueno de esta legislatura es que tenemos un Congreso caleidoscópico (sin perjuicio de la mayoría absoluta del PP, por supuesto). Se habla de las Españas y de las Españicas. El Grupo Mixto (el tercero en número de diputados) nunca fue tan mixto. El de IU tiene, de momento, tres portavoces simultáneos. Así, Chesús Yuste pudo darle al nuevo presidente una lección de aragonesismo en tres minutos. Ya se sabe: TCP, infraestructuras, inversiones, trasvase no y Teruel existe. Don Mariano le replicó que sí, que su Gobierno acabará enseguida las obras del Pacto del Agua (¡aaarrrggg!). No era eso lo que quería el bueno de Yuste pero es que en tres minutos y con el árbitro Posadas encorriéndole para que acabase de una vez no hubo forma de dejar nada claro. Menos mal que desde Zaragoza, Biel está al quite. "Aragón va a pesar en Madrid", aseveró sin inmutarse.

Mejor nos lo tomamos a broma.