Buscar responsables de los problemas que puedan arrastrar hoy Aragón y su sector público es una tarea complicada, que obliga a tirar de memoria y seguir el hilo conductor de cada tema. Entonces se descubre que los asuntos más significativos son transversales y comunes. La descentralización universitaria, los proyectos industriales o logísticos, la obsesión por la nieve, la ansiedad infraestructural, la TCP, los bienes secuestrados por Cataluña, el Pacto del Agua... todas son cuestiones de atrás y en las que han chapoteado el PP o el PSOE (el PAR, por supuesto); es decir: gente del PP y gente del PSOE, pero también gente que ha estado cercana al PSOE y al PP de manera alternativa segun conviniera. Aquí nadie es virgen ni mártir, y menos quienes han untado en la pomada durante lustros pasando con toda tranquilidad de las instituciones a las empresas que contratan con ellas y viceversa.

Al PSOE le van a pesar mucho los últimos doce años. Demasiado tiempo para haberlo quemado sin salirse del carril (salvo en la inicial lucha contra el trasvase), sin definir estrategias, sin renovar el imaginario colectivo. A día de hoy, los socialistas, derrotados y perplejos, se asombran no solo cuando sus amigos del PAR se dan la vuelta tranquilamente para encamarse con el PP, sino cuando otros supuestos amigos (empresarios, contratistas, directivos, dirigentes patronales) a quienes colmaron de mercedes se quitan la careta y amanecen como lo que siempre fueron: personas de derechas de toda la vida. Alguno de estos incluso ha pasado a ocupar importantes cargos en las administraciones populares.

El actual Gobierno del PP-PAR tiene que lidiar con el déficit y el ajuste. No es tarea menor. Pero al margen de la inoperancia que ha caracterizado sus primeros seis meses, tampoco ha planteado ruptura alguna con el temario habitual (en el que tan comprometidos están algunos de sus consejeros). Un Ejecutivo del que forman parte Aliaga, Bono o Fernández de Alarcón no ha caído precisamente del Limbo. Aunque este sea el lugar favorito de su presidenta cuando de gestionar se trata.

Del PSOE al PP, algunos (y no solo el PAR) van y vienen sin perder comba.