Sostiene Rudi que el Estatuto (reformado) de Aragón zanja la cuestión del trasvase. Su escudero, el buen Lobón, ha sido más explícito y tajante a la hora de desmentir al ministro Arias Cañete. Lo malo es que nuestro Estatuto ni zanja ni compromete ni concreta ni resuelve nada, y además el señor de los cañetes manda más que el amigo Modesto, pues aquél sirve a un caballero más poderoso (Rajoy) mientras éste dedica sus atenciones a una dama de menor rango (Luisa Fernanda). En todo caso, nadie sabe en qué parará el tema hidrológico ni ningún otro, pues una virtud del gobernante PP es que dice, se desdice, afirma y niega con total libertad de movimientos. Y el personal (que se ponía de los nervios con el inconstante Zapatero) ahora se mete entre pecho y espalda, sin pestañear, las mejores contradicciones. Es la crisis.

Quienes no iban a subir impuestos los suben, quienes aseguraron que la diplomacia sería cosa de profesionales van a nombrar a Trillo (el del Yak) embajador en Washington (aunque el ministro de Asuntos Exteriores deja el tema en suspenso parafraseando... ¡a Franco!), quienes juraban que España recuperaría su orgullo nacional se rinden de inmediato a los encantos de frau Merkel... En semejante contexto, lo del trasvase es comprensible, un guiño obligado a Valcárcel, el jefe murciano, y a Fabra, el jefe valenciano, cuyos respectivos paraísos de hormigón playero se han convertido en una ruina caracolera. No habrá dinero para echar la tubería que lleve el agua del Ebro hasta los límites de la Andalucía oriental, advierten los avisados. Cierto, pero siempre cabe rematar el canalillo que va hacia Castellón al tiempo que se pega un empujoncito a las obras de los pantanos aragoneses por aquello de calmar los ardores regionalistas del PAR.

También pueden dejar el PHN para cuando escampe, o colgarlo en el alero, o no, o pasar de todo. Ya saben que antes de las elecciones a Rajoy le preguntaron si tenía en mente qué persona le llevaría el Ministerio de Economía. Contestó que sí. ¿Será hombre o mujer?, quiso saber el periodista. Depende, aclaró el futuro presidente. Elemental: si no es chico será chica, como el futuro secretario general del PSOE.