El sábado lo pasé en lo alto del Pirineo, sobre la nieve. Cuando volví al espacio radioeléctrico, las noticias relativas al accidente del Rey me parecieron un flipe. ¿Que se ha roto la cadera justo en el aniversario de la II República? ¿Que estaba en Botswana cazando elefantes? ¿Que el safari había sido organizado por una supuesta princesa alemana (Corinna no sé cuantos) con la cual se le vincula oficiosamente? ¿Que la excursión costó más de cuarenta mil euros a cada uno de los significados empresarios españoles que participaban en ella?... Para entonces la cabeza me daba vueltas y el subidón de realismo mágico me puso tan efervescente como si acabase de meterme al cuerpo una gaseosa de ácido lisérgico. Un pasotón, una locura, un demasié. Veinticuatro horas después leí la prensa seria, pero su recatada versión de la peripecia africana de Juan Carlos I no me consoló. Preferí viajar por la Red para recrearme con los chistes y los chismes que corren al respecto.

Ayer, cuando la cosa ya estaba más inflada que un suflé en pleno subidón, sólo alcancé a entender una cosa: que tal vez Marichalar había actuado con lógica, previamente, al iniciar a su hijo Froilán en el arte de pegar tiros. El buen hombre intentaba sin duda que el chaval aprendiese el oficio de Rey de España, por si le toca. Lo de la perdigonada en el pie formaría parte del juego. De casta le viene al galgo.

Todo lo demás que viene sucediendo es un puro y extremo alucine. Hongos, monguis, ayahuasca, peyote... Al ministro de Exteriores le renacionalizan YPF en todo el morro (¿y ahora qué, valentones?, ¿mandamos la escuadra a bloquear los puertos argentinos?, ¿invadimos la Pampa al estilo Perejil?). El alcalde de Zaragoza reorganiza su gobierno fichando a Lola Ranera y a Roberto Fernández (¡estamos salvados, convecinos!). La prima de riesgo se pasa a de Guindos por el forro de la intervención. La Guardia Civil desaloja a los vecinos de Borobia (Soria) para abrir paso a una explotación minera a cielo abierto que destruirá las cabeceras de varios ríos que fluyen por Aragón.

Los talibanes afganos han iniciado su ofensiva de primavera. Oye... menos mal que hay algo en su sitio.