Desde Grecia a Schleswig-Holstein, pasando por París y toda la Francia, los resultados electorales evidencian la negativa del personal a tragarse el aceite de ricino que le recetan. A lo largo y lo ancho de la UE la ciudadanía tal vez no sepa muy bien qué quiere, pero sí tiene muy claro lo que no quiere. ¿Creen ustedes que los alemanes, por muy alemanes que sean, aceptarán de buen grado que su ministro de Sanidad elimine la implantación gratuita de prótesis a los ancianos que se han roto la cadera? Pues no; por supuesto que no. La gente puede estar despistada y tal vez se deje deslumbrar durante un instante por el argumentario ultraliberal que nos rodea, pero no se dejará arrebatar el futuro.

Los franceses han optado por Hollande porque éste ha recuperado el primigenio programa socialdemócrata. Los griegos han abandonado al PASOK porque este partido (como el PSOE, en cierta medida) asumió la ortodoxia económica impuesta por la derecha y los famosos mercados. El electorado europeo quiere su propio new deal y rechaza el empobrecimiento de las masas en beneficio de unas minorías privilegiadas. Elemental.

Rajoy, cuyo crédito se agotó hace ya un par de semanas, ha pasado a prometer la recuperación para el año que viene. Eso sí, jura que seguirá ajustándonos las cuentas tanto si queremos como si no. Mientras hacía tales reflexiones, su Gobierno se preparaba para inyectarle a Bankia una cantidad muy similar a la recortada en Educación y Sanidad. Y al tiempo, el baranda de la mentada cajabanco, Rodrigo Rato, verdadero factótum de la actual contrarreforma financiera, dejaba la presidencia de la entidad. Le relevará un tal Goirigolzarri, aquel menda que fue consejero delegado del BBVA, de donde se retiró anticipadamente con una pensión de más de tres millones de euros anuales respaldada por un fondo de cincuenta y dos millones y medio. Ahora podrá redondear esa cantidad con lo que le caiga en su nuevo puesto. ¡A ver si aprenden los jubilados a buscarse un buen minijob!

Esto es infumable, queridos. Y uno no sabe que jode más, si que te roben o que además se te rían en la cara.