No sé por dónde empezar, se lo juro. De entrada tenemos este milagro que ha rebajado en cien puntos la prima de riesgo. Y no ha hecho falta que Rajoy nos apretara más el cinturón. Ha bastado con que Draghi, el gran banquero europeo, pronunciara una frase proféticoenfática. y de repente la deuda es más barata y la Bolsa ha rebotado. ¡Imaginen si sale a la palestra frau Merkel y confiesa estar prendada de hispanoMariano! De lo cual cabe deducir que esta crisis tal vez pueda ser explicada en términos aritméticos. Pero contiene un enorme componente escénico. Es una crisis cognitiva, la última sensación teatral inventada por quienes mueven los hilos.

Como el Banco Central Europeo es un ente ectoplásmico, nuestro sistema funciona sobre la base de que el control y la calificación de nuestras finanzas lo ejecutan las agencias de rating, y el manejo del circulante es cosa de los mercados. Hemos privatizado el organismo regulador y ya vemos el resultado: un deshueve.

La astrakanada sentó sus reales en el Congreso español, donde capitostes de la política económica y de los bancoscajas quebrados han prestado declaración en sucesivos y delirantes monólogos. Rato estuvo genial. Miguel Ángel Fernández Ordóñez dejó al respetable con la boca abierta. Elena Salgado derrochó elegancia. Y el menda de Novacaixagalicia encarnó al mejor Don Tancredo de la historia. Desde luego no todo el mundo vale para eso.

Pero la comedia surreal no sólo se representa en los grandes teatros de Bruselas, Francfort o Madrid. En Zaragoza también hay choteo en cantidad. La reciente exhibición del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza a costa de Arcosur tiene usía. Eloy Suárez se ha empeñado en superar a Juan Alberto Belloch y lo está consiguiendo. Propuso embotellar el tranvía en los acampos meridionales, logró que PSOE y CHA aceptasen tal condición (que supondría convertir la urbanización y puesta en marcha del neobarrio en el no va más de la insostenibilidad), flirteó con los arqueros (pobrecicos míos)... y luego votó en contra del plan urbanístico (que. en verdad, es infumable). Qué risas, oye, y qué cosas.