Según Guindos, la sospecha que rodea al PP y a sus jefes no tendrá repercusiones negativas para España, porque ahí fuera los poderosos mercados pasan de Bárcenas y sus tesoros. Por lo visto, a esos entes financieros solo les importan los ajustes y la constatación de que este Gobierno (presuntamente sobrecogido) exprimirá sin piedad al país y a sus habitantes para pagar los abusivos intereses de nuestra deuda privado-pública. Mientras haya un céntimo que rebañar, la honestidad, la redistribución, el Estado del Bienestar y la mismísima democracia son asuntos secundarios. No gobierna el voto, gobierna el dinero.

Aun así, las miserias de nuestro sistema poco van a contribuir a promover la marca España. Pero además el actual barullo plantea un problema de naturaleza esencial: ¿qué persona decente y bien cualificada va a querer ocupar cargos públicos? Esa persona, si está dispuesta a entrar en política y actuar con total honestidad y transparencia, debe prepararse: a) para, muy probablemente, ver reducidos sus ingresos, b) para convertirse a la mínima en un muñeco del pim-pam-pum o en un chivo expiatorio, c) para tener serios disgustos dentro y fuera del partido a cuya organización pertenezca... y por fin, en el caso de que logre cubrir un par de mandatos sin volverse majara o tirar la toalla, d) para volver a la vida civil y encontrarse con que ha perdido oportunidades laborales, ha visto reducirse sus habilidades profesionales o ha terminado con una mano delante y otra detrás.

Este es el problema de fondo. La política, en España, se ha ido cerrando como alternativa personal. Solo los funcionarios (si pueden volver a su plaza sin sufrir mayores perjuicios) o quienes tienen conexiones con empresas privadas a las que van a beneficiar pueden entrar y salir de los cargos públicos en condiciones aceptables. Luego están aquellos que carecen de escrúpulos y de ideología, aceptan pasar por cualquier aro y no tienen ni beneficio. Para ellos, la política se ha convertido en una opción sensacional.

Y ahora preguntémonos cómo será posible, en estas condiciones, rescatar y regenerar el sistema.