Acalambrado por los tics, Rajoy se perdió ayer en el laberinto de los desmentidos hasta decir eso de "todo es mentira... salvo algunas cosas", que dejó al personal estupefacto. A su lado, Merkel se mantuvo impertérrita, incluso levemente divertida al ver tan apurado a su fiel súbdito. El caso Gürtel era y es una gordísima madeja y cualquier hilo del que tires (incluso los de plastilina) enhebra regalos, viajes, contratos públicos, sobresueldos, confettis, trajes a medida, bolsos de Vuitton, relojes suizos, cuentas de idéntica nacionalidad, mordidas, contabilidades en A, en B y en C, papeles... El presidente del Gobierno español y del PP jura que él está muy tranquilo (entonces es cuando guiña, sin querer, el ojo izquierdo) pero evita citar el nombre de Bárcenas, como si el ex tesorero y factótum de su partido fuese un ente desconocido y muuuyyy lejano.

El PP se viene abajo. Una visión de conjunto al Gürtel (reuniendo las piezas dispersadas en diferentes causas) permite captar la extensión y el espesor de la red de corrupción montada por Luis El Cabrón, Correas, El Bigotes y otros importante invitados a la boda de la hija de Aznar. A ver quién disimula semejante merdé. El aparato conservador ha puesto en marcha una estrategia defensiva que parte de negar la mayor y mezcla teorías de la conspiración, alusiones a las víctimas del terrorismo que fueron ayudadas económicamente, alegatos patrióticos, advertencias de que este barullo puede ser muy contraproducente "ahora que estamos saliendo de la crisis" (¿?)... llamamientos a la unidad de la derecha y algunas amenazas. No creo que sea bastante.

De momento, la dirección del PP tira con fogueo. Habló de querellas criminales por calumnias e injurias, pero sólo va a poner (si las pone) algunas demandas civiles para pedir indemnizaciones por supuestos daños al honor. Ha tocado a rebato en los medios públicos o privados que controla. Pretende montar un argumentario similar al que le permitió tender cortinas de humo sobre sus flagrantes mentiras el 11-M. Pero lo tiene jodido. Muy jodido. Y espera a ver qué más se saca Bárcenas del cajón de los secretos.