El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha explicado (como suele hacerlo él) su trayectoria del último año: "No he cumplido lo que prometí pero he cumplido con mi deber". Acojonante, ¿verdad? Hemos de suponer que el deber de un político consiste en traicionar sus promesas y hacer lo contrario de lo que dijo que haría. Aquí, en la tierra Noble, nuestro genial José Ángel Biel lo tiene aún más claro. Escuchando sus declaraciones de anteayer a una colega de la Ser en Calatayud uno entiende que el viejo saurio se ha puesto Aragón por montera. Mientras pueda comprar la lealtad ajena con dinero del contribuyente, este genio se pasa la desafección ciudadana por el arco del triunfo.

España, y Aragón con ella, se agita en un ir y venir de lo trágico a lo cómico. Se suicidan dos ancianos que iban a ser desahuciados y el PP acepta por fin debatir en el Congreso la iniciativa popular para que las hipotecas se zanjen con la dación en pago. Hubiese quedado muy feo rechazar dicha iniciativa y luego dar luz verde a la destinada a convertir los toros en un bien de interés cultural por encima de cualquier prohibición. Hipotecas, desesperación, tauromaquia, el Constitucional matizando el indulto que el indescriptible Zapatero concedió in extremis al actual consejero delegado del Santander... Y como dice nuestro Biel: el que quiera reírse que se pague un payaso.

Total, que dándole vueltas a la puñetera actualidad (y no he dicho nada de Draghi y sus inhibidores de frecuencia) me he olvidado de lo fundamental: el Gobierno de Aragón puede convertirse en accionista del Real Zaragoza. Como hay que cubrir deudas de la susodicha SAD avaladas por Marcelino Iglesias (también con la pastita del común, se comprende), los tierranoblenses vamos a ser al fin copropietarios del equipo. Poniéndolas.

Bueno, también la Comunidad Valenciana (y quizás alguna otra) acabará patroneando empresas futboleras. Entonces... ¿seguirán manteniendo los fondos públicos un negocio ruinoso pero cuyos profesionales se llevan los millones a espuertas?

Y luego dirán que hay crisis.