Hoy es el Día MundiaI del Agua, creo. Y aunque este tipo de jornadas dedicadas a buenas causas son innumerables y apenas ejercen efecto alguno sobre la opinión pública, lo de la hidrología debería motivarnos porque en Aragón están pasando cosas al respecto. Y no son cosas buenas.

En la Tierra Noble cargamos desde hace lustros con un Pacto del Agua definitivamente fracasado, pero del que la mayoría de los partidos políticos y algunos colectivos interesados no nos permiten liberarnos. Los pantanos construidos en los últimos años (El Val, Montearagón, Lechago, La Loteta) sufren graves problemas técnicos o han caído en la más pura y dura insostenibilidad económica. Las obras en Mularroya o el recrecimiento de Yesa chocan con evidentes dificultades. En el primer caso, el proyecto ha sido declarado ilegal por tres instancias judiciales, incluido el Tribunal Supremo. Se han parado los trabajos (iniciados sin los estudios preceptivos), y mientras el Aragón oficial exige con histérica ceguera que vuelvan a reanudarse (¿contra la ley?), en la zona afectada todo ha quedado patas arriba. En el segundo caso...

Bueno, en Yesa hay una situación crítica. Los medios oficiosos lo medio ocultan, pero expertos y vecinos están asustados. La empresa que trabaja en el recrecimiento, también. Ocurre que el desmonte para anclar los estribos de la nueva presa ha provocado el desplome de las laderas afectadas sin que se sepa cómo sujetar aquello (cuanto más se interviene, más se desliza el terreno), y al mismo tiempo en los flancos de la vieja presa hay evidentes filtraciones. Ya saben ustedes que han sido desalojadas numerosas viviendas y las observaciones sobre el terreno provocan auténtica alarma. Con el embalse lleno por una vez en la vida, y las obras encenagadas en la montaña deslizante, algunos técnicos han sugerido que lo mejor sería desembalsar y analizar despacio la situación. Pero la CHE está obcecada en seguir adelante pase lo que pase.

Ojo con Yesa, pues. Y de los proyectos para privatizar el ciclo del agua potable habrá que hablar otro día. Que ese asunto también tiene tela.