En este caso le daré la razón (o casi) al consejero de Economía del Gobierno de Aragón, Francisco Bono. Los últimos datos referidos a la Encuesta de Población Activa (EPA del primer trimestre) han de arrastrar ciertamente alguna incoherencia, porque ese subidón del paro por encima del 18% (22.000 nuevos desempleados en la comunidad) no tiene explicación aparente... Salvo que el desajuste venga de atrás y estemos ante una repentina actualización de datos. Bono achacó los posibles fallos al hecho de que el Instituto Nacional de Estadística solo controla en Aragón "mil y pico hogares". Y ahí falla. En realidad, el INE elabora su encuesta sobre una muestra de 3.120 viviendas aragonesas y entrevista a 9.000-10.000 personas. O sea, que en teoría tendría que clavar los resultados.

En Aragón se pierden empleos a una velocidad que crece con el paso del tiempo. No es ya un goteo de despidos, ERE y falsas prejubilaciones, sino un chaparrón que castiga cada vez más a la industria y está barriendo sin compasión los servicios. Será el 18% o más o menos, pero el fenómeno es indiscutible. Eso tiene que reconocerlo mi amigo Paco, el jefe de la Economía tierranoblense.

Un servidor, a diferencia del consejero, tiene una explicación para este zambombazo estadístico que nos tiene acojonados. Fue el último discurso de Rudi, la presidenta. Fueron aquellas afirmaciones suyas (de la Doña) fardando de que en Aragón hay menos paro gracias a su buen gobierno. Tales presunciones han desencadenado el rebote del gafe. Pasa lo mismo que con Rajoy y sus empeños en describir las ventajas de las reformas que aplica. Basta que salga a la palestra don Mariano y presuma de recuperación para que el PIB pegue un crujido de punto y medio. Y luego están Guindos, Báñez y los otros genios, que donde ponen el ojo ponen la bala... Pero al revés. Les ves aparecer en pantalla y presumir de algo para que, ¡zas!, todo se ponga aún más negro: más paro, más déficit, más pobreza, más mierda... Deberían expresarse con más modestia y mayor cautela. Que el gafe es una cosa muy mala.