La de ayer fue una de esas jornadas propias de la nueva Edad que comienza. Se aprobó la reforma de la ley de costas, que amnistía miles de construcciones ilegales y privatiza definitivamente el litoral. La enseñanza fue a la huelga, que tuvo en Aragón una gran repercusión, dijeran lo que dijeran las habitualmente intoxicadoras fuentes oficiales. El personal aún no se había repuesto de la desimputación de la Infanta Cristina, cuya presunta ignorancia de los tejemanejes de su marido ha dado un vuelco al caso, pues la hija del Rey ha pasado voluntariamente de presunta choriza a boba evidente. Y las Cortes de Aragón aprobaron con los votos de PP y PAR la denominada Ley de Uso, Protección y Promoción de las Lenguas y Modalidades Lingüísticas Propias (con eso está todo dicho). Bueno... por lo menos la última de estas noticias, aunque enfurecerá sin duda a las decenas de miles de aragoneses que se comunican en fabla o en catalán, tuvo su vertiente chusca, demencial y cerril. Eso de llamar lapao

(lengua aragonesa propia del Aragón Oriental) al catalán y lapapyp (lengua aragonesa propia del Aragón Pirenaico y Prepirenaico) a la fabla ha provocado el descojone de España entera. ¡Ay, amigos, qué facilidad tiene la Tierra Noble para darse a entender!

La masiva huelga de profesores, estudiantes y padres pone de manifiesto el rechazo de la comunidad educativa a la ley Wert. La Ley de Costas dará el tiro de gracia a las ídem. Lo de la infanta no se sostiene de ninguna manera, pues no existe precedente de semejante injerencia en el trabajo de un juez instructor, ni de una actuación del fiscal tan al servicio de una imputada, ni de que de todo el empandullo haya sido zanjado a la velocidad de la luz... Pero la España de don Mariano es así de cachonda.

Y en plan cachondo ha resuelto la derecha tierranoblense el hecho de que Aragón sea trilingüe. El españolismo más rancio, el anticatalanismo más cazurro y el acientifismo más absoluto confluyen en esta lamentable Ley. Bonita forma de crear un problema donde no lo había. Qué raros son estos castellanísimos que hablan lapao en la intimidad.