En apoyo de las limpiadoras de hospitales, PSOE, CHA e IU votaron ayer en las Cortes aragonesas (¡conjuntamente!) una moción advirtiendo que, en las actuales condiciones, sería conveniente eliminar las contratas que gestionan el servicio. No es razonable dejar en manos de empresas carentes de toda responsabilidad social una actividad humilde pero fundamental para el funcionamiento de la sanidad pública. Además... ¿qué sentido tiene el actual mecanismo de concesiones? ¿Por qué no puede el Salud controlar directamente la limpieza (algo sencillo) ahorrándose el beneficio que se llevan actualmente los operadores privados? Parece la única alternativa, caso de que el actual conflicto se enquiste definitivamente. Eso, o admitir la lógica de los contratistas: que las trabajadoras se conformen con salarios de miseria, sin regulación, sin convenio, sin ningún derecho.

Muchos españoles se hunden en la pobreza. Cada vez son más los niños que van al colegio sin desayunar o que se acuestan sin cenar. Y la respuesta del Gobierno (y de sus terminales autonómicas) es introducir el IVA en los comedores escolares, reducir drásticamente las becas e incrementar los copagos. Existe un argumentario despiadado que los neocones proclaman con inaudita brutalidad: la gente a la que le va bien no tiene por qué mantener con sus impuestos a los que lo pasan mal. Que espabilen y se busquen la vida, que se afanen, que trabajen como esclavos. Desde esta perspectiva, las limpiadoras de los centros sanitarios aragoneses y otros colectivos aparentemente vulnerables son los conejillos de Indias de un programa destinado a sumirnos en el sueño americano: ni regulación ni normas ni derechos ni protección... desigualdad creciente, bolsas de pobreza, educación y sanidad a precio de oro y el que más chufle, capador. Por supuesto eso supondrá incrementar la inversión en seguridad pública y en prisiones. Pero también ahí habrá negocio. El mundo es de los audaces.

La destrucción de las clases medias y de la economía productiva avanza viento en popa. Ya lo dicen los jefes: estamos saliendo de la crisis.