Desde que en España empieza a amanecer, los telediarios de TVE me duran diez minutos. Asisto al arranque del informativo, escucho la interpretación de las dos o tres primeras noticias, alucino ante la peculiar manera de retratar la realidad que ha adoptado la tele pública (¿pública?), y ya harto me voy del canal 1 al 21 (que es donde tengo sintonizada la Neox) y acabo de comer viendo reposiciones de Dos hombres y medio. Una serie genial, sobre todo cuando la protagonizaba Charlie Sheen haciendo de sí mismo. Ayer procedí al susodicho zapeo justo cuando mis colegas de Prado del Rey contextualizaban la mejora (eso dicen) de las cifras de paro. Presentaron el tremendo incremento de los contratos a tiempo parcial como un fenómeno positivo, que además nos homologa con el resto de Europa. De profundizar en las trampas que esconden esos contratos (en muchos casos una forma de tener trabajadores a jornada completa pero pagándoles la mitad de la correspondiente miseria), nada de nada. España vuelve a ir bien. Y algunos adelantan que estamos a punto de convertirnos en la nueva Alemania, pues al igual que le ocurrió hace diez años a la poderosa república germana, sufrimos hoy una crisis que resolveremos dando un gran salto adelante gracias al aumento de las exportaciones. Cachondo, ¿eh?

Cambiar de canal no sirve para huir de esta situación. Te tienes que revestir de valor y escuchar, por ejemplo, a Esperanza Aguirre (recibida a bombo y platillo en los platós del TDT Party) pontificar sobre los grandes asuntos al estilo Lina Morgan. O has de leer cientos, miles de comentarios que en los medios y las redes sociales proclaman que los profesores españoles son unos jetas y unos vagos, los estudiantes unos analfabetos (y vagos, también), los universitarios unos consentidos bienpagaos, los investigadores unos inútiles, los cineastas unos mamarrachos, los escritores... ¡Qué reveladores son esos desahogos! ¡Cómo se refleja en ellos la pobreza intelectual de quienes presumen de burricie y odian todo lo que signifique conocimiento, creación y cultura!

Anda: quítate esto de encima.