Eloy Suárez lleva cuatro años lamentándose por no haber obtenido un concejal más en las elecciones del 2011, lo que le hubiera llevado a ser alcalde de Zaragoza. Lo no soñado nunca por el PP. Pero ahora, después de sus 1.460 días de penitencia en la oposición, dándose cabezazos contra el tripartito, ya no sabe qué hacer para cambiar la tendencia, volver a ser el más votado y, sobre todo, llegar a tocar la vara de mando. Porque, como todos, él también ve su sueño cada vez más lejano. Conforme avanza la campaña, Eloy va a la baja y hay que pensar que ya partía con mucho menos de lo que tenía. No es capaz de ilusionar a nadie. Por eso, a Eloy la campaña electoral le está viniendo grande y larga. Es capaz de llamar la atención pero sin estrategia y cada vez que lo hace pierde un puñado de votos. Lo lamentan incluso en su partido, donde nunca han estado muy de acuerdo con su actitud mamporrera. Y todo por meterse en jardines excesivamente frondosos para él. Ahora su objetivo es el izquierdista Pedro Santisteve y aunque consiga orillar al socialista Carlos Pérez Anadón, le puede costar muy caro. Con el debate público de hoy con el candidato de Zaragoza en Común tiene mucho más que perder que ganar. Claro que Santisteve, con un discurso pausado, claro y cercano, entra así de lleno en un terreno político que se supone esquivaba. ¿No estábamos con que los debates no podían ser solo a dos? Lo mismo que opinaba el Suárez destructivo e hiriente contra el tripartito. Eloy necesita aires nuevos, y no parece que los vaya a encontrar en los días de campaña que le quedan. Son muchos para él.