Las encuestas llevan de cráneo a quienes están en la pomada. La expectación y la incertidumbre son enormes. Porque estamos en un momento marcado por la crisis del sistema y el cambio político. Es precisamente en coyunturas como esta cuando los sondeos se tornan muy imprecisos. Por eso, ahora mismo, la dificultad para cuadrar datos se debe tanto a la irrupción de nuevas marcas políticas (sobre las cuales es imposible proyectar recuerdo alguno), como al aumento del voto oculto a los partidos tradicionales y a la constante movilidad de un electorado que cambia de intención sobre la marcha. Solo cabe detectar las tendencias. Según las cuales, el bipartidismo imperfecto va camino de desdoblarse en cuatro opciones implícitamente vinculadas entre sí (PP-Ciudadanos, PSOE-Podemos), dibujando un futuro en el cual los pactos no serán una opción sino una obligación.

Las encuestas no precisan pero sugieren la naturaleza de las transformaciones en marcha. Transformaciones cuyos matices cabe deducir de los mismos datos reales. Por ejemplo: ¿se pisan votantes Podemos y C's? Pues parece que muy pocos. Si analizamos los resultados de las andaluzas en Sevilla capital, veremos que los dos nuevos partidos se limitan a recoger, ordenada y respectivamente, a quienes abandonan a PSOE e IU y al PP.

El cambio es constante y depende de múltiples factores. Con la evidente ayuda de los medios, C's parece ir ahora disparado mientras fagocita a UPD, sobre la que llueven a diario chuzos de punta. Podemos debe mantener la posición bajo los efectos de una campaña en su contra no menos evidente. Es difícil precisar si, de manera simultánea, algunos poderes fácticos le hacen la cama a Rajoy o le preparan, aupando a Rivera, una muleta en la que apoyarse luego para no perder pie. A Sánchez le dan oxígeno una semana sí y otra también, a ver si el PSOE resucita... un poco. Y luego está la mayor o menor gracia de los candidatos. En Madrid, por ejemplo, no poca gente de izquierda maquina diversificar el voto: en las autonómicas, a Gabilondo (PSOE); en las municipales, a Carmena (Podemos). Normal.