La entrevista que mantuvo ayer en Madrid la consejera de Economía del Gobierno aragonés, Marta Gastón, con el presidente de Endesa, Borja Prado, ha sido positiva. La empresa se retrata afirmando que quiere seguir con su actividad en Andorra, aunque condiciona el futuro turolense a la formación de un gobierno en España que dé estabilidad a la inversión industrial, que tendrá sus ayudas europeas. Parece lógico que los empresarios quieran asegurarse su proyecto, y así lo han entendido los trabajadores que le han dado un margen de confianza en sus movilizaciones. Lo que no sería de recibo es que la postura de Endesa fuera exclusivamente ganar tiempo, dar largas para, después, tomar la peor decisión.