La muerte de dos ciclistas en la carretera de Botorrita por culpa de un conductor ebrio pone de manifiesto una vez más la necesidad de tomar medidas para evitar que la gente coja el coche cuando ha bebido de más. Las penas leves que se imponen a los conductores que son pillados con una copa de más hace que la gente no se tome en serio la ley. Está visto que la retirada por un año del carnet de conducir no es suficiente y que es necesario sanciones más punitivas. De ello podría depender la vida de otras personas que circulan cumpliendo todas las reglas. No es la primera vez que son atropellados ciclistas y desgraciadamente tampoco será la última. Es imposible controlar todos los condicionantes, pero sí está en nuestra mano castigar duramente a los infractores, solo así se logrará seguir reduciendo la siniestralidad.