Aragón es la segunda comunidad que menos dinero destina a la educación universitaria, por detrás de Cataluña. El rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López, se quejó en las Cortes de que la financiación directa desde la DGA ha caído un 19% y que si el Gobierno de Rudi hubiera cumplido con el convenio firmado en 2011 la financiación básica para el año próximo sería de 158 millones en lugar de los 143 de los que ahora se habla. Carencias que obligan a la institución a pagar a sus proveedores en un plazo más largo, reducir personal, cerrar instalaciones y reutilizar equipamientos obsoletos. Si la educación superior es la punta de lanza de un país innovador, restringir e infradotar sus potencialidades en la universidad pública no hace sino derivar en el tiempo las posibilidades de desarrollo social y económico.