Si el Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés cree que escondiendo las cifras sobre el retraso que se acumula en operaciones --ya son nueve los meses de silencio-- su gestión se ve menos empañada que si las hiciera públicas se equivoca de medio a medio. Con esta "imposibilidad" para cuantificar las esperas que aducía recientemente el consejero Ricardo Oliván lo único que consigue es que salte la guerra de cifras. Hace unas semanas eran los médicos los que ponían número al retraso acumulado, ahora es el colectivo Marea Blanca el que cifra en más de 15.000 los pacientes de Zaragoza que aguardan una intervención. Al margen de la guerra de cifras que el silencio institucional provoca, lo cierto es que hay ciudadanos a los que no se puede engañar y son los que llevan meses y meses en la lista de espera.