Más de 5.200 escolares de la comunidad estudian en las aulas públicas el aragonés o el catalán, dos lenguas propias de la comunidad. Su reconocimiento en el currículun educativo se considera el desencadenante del incremento de demanda que se ha registrado en el último año, que en el caso del aragonés alcanza el 30%. El catalán está más integrado desde hace décadas. Dignificar un patrimonio cultural como las lenguas propias es una apuesta loable.