Soy muy renuente al uso constante de la comunicación digital. Eso de estar a todas horas conectado a no se sabe quién, recibiendo correos, wasaps, tuits e invitaciones me parece un trabajo excesivo, y encima sin remuneración. Así que no me busquen en redes sociales ni más allá de la versión internáutica de este diario.

Contemplo con perezosa indolencia esa galaxia que ahora mismo echa chispas. Bueno, en realidad viene ardiendo desde hace años; pero solo hoy, cuando los exabruptos de los podemitas en Twitter han servido de munición a la derecha, el fenómeno ha adquirido una amplia dimensión política. Curioso. En un país donde la corrupción política y empresarial ha adquirido desmesuradas proporciones (con miles de millones robados al erario, las cajas de ahorro y la gente de a pie), que uno llame a otro hijo de puta o le desee la guillotina casi parece un torpe pero inofensivo pasatiempo. Si los imbéciles y los rastreros se desahogan así... El catálogo de barbaridades, como ustedes comprenderán, va más allá de los niños terribles de la nueva política y abarca a peperos, sociatas, padres de familia, miembros de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos de Seguridad del Estado (en algún reputado blog castrense se leen cosas que acojonan un pelín), reprimidos, indignados, ociosos, jubilatas y gente de toda naturaleza. Así se ha creado un lenguaje agresivo y superlativo, a fin de llamar la atención y lograr el éxito comunicativo, la viralidad. Insultos, bulos, noticias falsas y otras maravillas circulan por la red. En la edición digital de cualquier diario aparecen comentarios al rojo vivo remitidos por los amables lectores.

Es una maldición. Quizás baste con no hacer caso. Porque es algo imparable e inevitable. Es... internet.

Pero lo que de ninguna manera puede aceptarse es que, al hilo de esta guerra verbo-digital, se abran procesos penales contra este o aquel por evidentes motivos políticos. Ojo con ese tema. No sea que acabemos con los ladrones de cuello blanco disfrutando de lo suyo en la calle y los juzgados llenos de idiotas que solo quisieron ser trending topic.