La preocupación ronda a parte del sector frutícola aragonés. La maduración adelantada de la cereza, en coincidencia con la necesidad de aclareo de otros frutos está originando una escasez de mano de obra disponible para estas labores que, en los últimos años han recaído sobre todo en población inmigrante. Los agricultores, que intuyen pérdidas, están recurriendo incluso, algo inédito, a la captación de cuadrillas a través de empresas de trabajo temporal. Convendría reflexionar sobre estas carencias en un escenario laboral que todavía mantiene cifras de paro muy altas .