Estamos tan bombardeados por la superchería que acabaremos aceptándola como la única verdad verdadera. Fíjense: Junqueras (que no es precisamente santo de mi devoción) lleva más de tres meses en la cárcel. Sin acusación formal, sin juicio, sin que teóricamente esté inhabilitado... aunque sin poder ejercer un cargo público para el que fue elegido en votación legal. Si llamas la atención sobre ello, seguro que mucha gente arremete contra tal consideración, agitando una visión de la ley unilateral y sesgada. Pero pocos se han escandalizado al saber (si es que han llegado a saberlo) que otras dos figuras de la política catalana, los exconvergentes Millet y Montull, condenados por el saqueo del Palau a nueve y siete años de prisión, respectivamente, apenas pasarán (de momento) tres semanas en el talego. Les dejan en libertad bajo fianza hasta que se vean sus recursos. ¿Entonces?

Otra: el mismísimo CNI (Centro Nacional de Inteligencia) ha advertido que las noticias falsas son una amenaza de primer orden. Pero...¿Qué noticias son falsas? Pues, por ejemplo, las que difunden sobre Cataluña los espías rusos, te contestan los portavoces oficiales y las personas crédulas. ¡Ah!, vale. Ahora bien, ¿conocen ustedes a alguien que haya visto o leído dichos bulos?

La última: ¿se acuerdan de cuando el terrorismo yihadista fue definido como el mayor riesgo para nuestras democracias (las de Europa, digo)? Pues ahora resulta que no hay tal. Nunca lo hubo. Los atentados causaron dolor e indignación, por supuesto. Sin embargo, ¿en qué cabeza cabe que esos fanáticos fuesen capaces de poner contra la pared al poderoso y armadísimo Occidente? El verdadero peligro, como poco a poco se va viendo, procede de las contradicciones económicas y geoestratégicas de las viejas y nuevas potencias, las que saben fabricar auténticas armas de destrucción masiva: EEUU, Rusia, China. Ellas y sus aliados locales han entrado en una nueva carrera de armamentos en la que se desbordan conscientemente los tratados de contención previos.

No nos dejemos embaucar.