En la serie de entrevistas a portavoces municipales que vienen siendo publicadas por este diario en sus ediciones dominicales, se asomaba a la última cita Carlos Pérez Anadón, portavoz del PSOE en la plaza del Pilar. Un político veterano, aunque relativamente joven, con experiencia institucional y una marcada formación de cuadro.

Para la alianza que une al PSOE zaragozano con la Chunta Aragonesista, Pérez Anadón sólo tiene elogios. Según su visión, el tándem de izquierda ha aportado al Consistorio zaragozano una estabilidad de la que no gozaba desde principios de los años noventa. Aun siendo distintos, ambos partidos, socialistas y nacionalistas, se entienden con fluidez, y dicen perseguir objetivos comunes. Acerca del portavoz de CHA, y concejal de Urbanismo, Antonio Gaspar, Anadón considera que sus mutuas relaciones están presididas "no tanto por la fidelidad, pero sí por la lealtad".

La Academia de la Lengua otorga ambivalencia sinónima a ambos términos, si bien en su definición aparezcan ciertas diferencias conceptuales. Así, la fidelidad (del latín fidelitas ), sería "la observancia de la fe que uno debe a otro". Lealtad (leal, legalis ), por otra parte, se referiría al "cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien". Vemos, por tanto, que la disquisición de Pérez Anadón es muy precisa: Gaspar (CHA) no debe a Belloch la observancia de su fe, sin el mero respeto a los acuerdos que estos honorables políticos de bien tomaron en su día por el bien público y el interés general de todos los gobernados.

Pero es precisamente a ellos, a los ciudadanos, a quienes socialistas y nacionalistas han sometido a un aumento de impuestos que ha dejado temblando la economía de más de uno. El propio Anadón reconoce "haber tenido la sensación de cualquier otro ciudadano" cuando recibió en su domicilio la papela con la receta del Impuesto de Bienes Inmuebles. El castigo impositivo, no obstante, no impide afirmar a Anadón que todavía estamos lejos de la presión recaudadora de otras capitales españolas, reflexión que no sé si interpretar como un deseo o como una amenaza, o simplemente como una consecuencia del leal y fiel espíritu recaudador que todo político al cargo de gestión económica debe alimentar para nutrir las arcas institucionales. Ahí, entre la tenaza de los impuestos, estará parte de la carnaza electoral, y el portavoz socialista, conocedor de ello, se apresura a recomendarnos a los paganos que vayamos comparando el debe de lo que damos con el haber de lo que recibimos. Una regla, me temo, que, hoy por hoy, no beneficia precisamente a la leal y fiel coalición PSOE-CHA.

Que repetirá, probablemente, según se desprende de las palabras, pronósticos y deseos más o menos encubiertos de Pérez Anadón. Es cierto, en un pequeño porcentaje, que el PSOE podría en 2007 gobernar con mayoría absoluta y, también, que podría hacerlo en unión con el PAR, siguiendo lo establecido en la Diputación General; pero, lo más probable, es que vuelva a repetir con un socio que se ha revelado leal, aunque no fiel, y tan elástico que su política poco se diferencia de pautas anteriores.

*Escritor y periodista