La empresa pública Tragsa, que proyectó y construyó la infraestructura del canal de aguas bravas, situada en el Parque del Agua, ha recibido ya tres requerimientos por parte del Ayuntamiento de Zaragoza para que arregle las filtraciones que se producen en las instalaciones. No es un asunto menor cuando se estima que se pueden perder unos 300.000 litros de agua al día y que, incluso, una deficiencia de ese nivel puede acumular un impacto económico que alcanza 2,5 millones de euros. A los requerimientos municipales hay que responder con eficacia, no con desidia.